Justo cuando los datos de la epidemia empiezan a mejorar en España gracias al esfuerzo de la gente en sus casas y del Gobierno de coalición, que se vio obligado a tomar algunas de las medidas más drásticas de toda Europa, ahora se escuchan cantos de sirena. Aunque dentro del Consejo de Ministros son muchos los que han pedido cautela y han apoyado continuar con la hibernación de la actividad económica, la presión de Nadia Calviño para que los trabajadores no esenciales vuelvan a sus puestos de trabajo se ha impuesto en el Gobierno.
Un sector importante de los ministros ha abogado sin éxito por mantener la prudencia y seguir anteponiendo la salud de las personas y el control de la pandemia. Nadia Calviño, sin embargo, ha insistido, presionada por una parte del sector económico y empresarial, en priorizar determinados intereses económicos particulares por delante del interés general, poniendo en riesgo el enorme esfuerzo realizado para luchar contra el virus tanto por parte de la población como por parte del Gobierno.
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