"Entre 1900 y 1920, los linchamientos racistas en el Sur de Estados Unidos no solo eran habituales; eran una fiesta macabra. Miles de personas asistían al “evento”, que se promocionaba por todo lo alto en medios locales y se reseñaba después con fotografías y artículos “ligeros”. Las postales con imágenes de las víctimas se vendían a mansalva. Los pastores baptistas metodistas trabajaban codo con codo con el Ku Klux Klan para avivar la levadura de odio y violencia entre la población blanca", así comienza este fantástico artículo firmado por Marta Moreira que puedes leer completo en Valencia Plaza.
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