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Análisis

Macrogranjas, bulos y poder económico

Chorizos Revilla es ahora propiedad de la empresa española Campofrío, que a su vez es propiedad de la multinacional mexicana Sigma Alimentos, que a su vez es propiedad del conglomerado mexicano Alfa, vinculado al multimillonario mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo.

Macrogranjas, bulos y poder económico

El pasado 26 de diciembre, el diario británico ‘The Guardian’ publicaba una entrevista con Alberto Garzón en la que el ministro de Consumo, de Unidas Podemos, distinguía entre la “sostenible” ganadería extensiva y “la que llaman de las macrogranjas”, que “no es en ningún momento sostenible”, aunque las “grandes empresas” que están detrás de ella “tienen un gran poder en España”, que se plasma en “mucho dinero” para “invertir” en los medios de comunicación y en “muchos contactos” para “influir” en las Administraciones Públicas.

Como si de una profecía se tratara, en las dos semanas transcurridas desde entonces se ha asistido –y se sigue asistiendo– a un espectáculo con prácticamente todos los ingredientes necesarios para explicar y comprender el funcionamiento del poder mediático en España y su papel en el régimen del 78: una web vinculada a las macrogranjas lanza el bulo de que Garzón ha atacado a los ganaderos españoles en la prensa extranjera, la (ultra)derecha política utiliza el bulo para exigir la dimisión del ministro, muchos grandes medios de comunicación propagan el bulo –y esa exigencia de la (ultra)derecha política–, el PSOE asume el bulo y marca distancias con Garzón, el ministro se reafirma en la obviedad que dijo a ‘The Guardian’ –las macrogranjas no son sostenibles– y la (ultra)derecha política, muchos grandes medios de comunicación  e incluso el PSOE siguen a lo suyo.

¿Por qué la periodista de la Cadena SER Àngels Barceló le ha preguntado este lunes al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sobre las declaraciones de Garzón sin puntualizar que una cosa es lo que dijo Garzón y otra muy distinta es lo que el bulo dice que dijo Garzón? ¿Por qué Sánchez ha contestado a Barceló sin puntualizar que una cosa es lo que dijo el ministro y otra muy distinta es lo que el bulo dice que dijo el ministro? ¿Por qué, si tanto Barceló como Sánchez saben que Garzón no dijo lo que el bulo dice que dijo y que sólo dijo la obviedad de que las macrogranjas no son sostenibles?

La respuesta se la había dado el propio Garzón a ‘The Guardian’: las grandes empresas que están detrás de las macrogranjas tienen un gran poder en España, que se plasma en mucho dinero para invertir en los medios de comunicación y en muchos contactos para influir en las Administraciones Públicas. Y es que efectivamente este tema va de macrogranjas –y de las grandes empresas que están detrás de ellas, es decir del poder económico–, de medios de comunicación –y de su relación con ese poder económico– y de Administraciones Públicas –y de su relación con ese poder económico–. Así como de la relación que las empresas que están detrás de las macrogranjas; los medios de comunicación y las Administraciones Públicas tienen con bulos como el que ha tenido como víctima a Garzón.

Todos los pequeños y medianos ganaderos de vacuno –e incluso los grandes– saben lo que es una macrogranja, aunque ninguna norma lo establece; pero es que ninguna norma establece tampoco la diferencia entre pequeños y medianos ganaderos, y todos ellos saben que la proliferación de macrogranjas supondrían su fin. “Las macrogranjas son el entierro de los pequeños y medianos ganaderos”, han asegurado este lunes a LUH fuentes de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), que destacan que ese proceso se ha producido ya “en prácticamente el 100%” en el aviar y “en más de un 90%” en el porcino, donde “apenas quedan ya ganaderías familiares”. En este sentido, hablan ya de una “uberización del campo” e insisten: “Las macrogranjas son capaces de llevarse por delante también al ganadero de vacuno”.

Caparroso y Noviercas

Hasta ahora, el Ministerio de Agricultura siempre se había negado a limitar el número de vacas por cada explotación ganadera de vacuno, pero el borrador del proyecto de real decreto por el que se establecen normas básicas de ordenación de las granjas bovinas –cuyo plazo para enviar observaciones finalizó el pasado 10 de noviembre– que ha elaborado el departamento que ahora dirige Luis Planas, del PSOE, sí establece por primera vez ese límite: 850 UGM (unidades ganaderas mayores), es decir 850 vacas adultas por cada explotación. Aunque fuentes de COAG consideran elevada la cifra y la reducirían hasta entre 180 y 200 vacas adultas, celebran ese primer paso para evitar la proliferación de macrogranjas como la ya instalada en la localidad navarra de Caparroso, con más de 5.000 vacas adultas, o como la que pretende instalarse en la localidad soriana de Noviercas, con más de 20.000 vacas adultas.

Aunque en el vacuno –a diferencia del aviar y el porcino– “de momento no hay un gran desarrollo de macrogranjas”, proyectos como ese de Noviercas –que ha contado con una fuerte oposición entre los ganaderos y entre los propios vecinos de la zona desde que fue anunciado hace un lustro– ejemplifican la insostenibilidad ambiental y social de las macrogranjas y dicen mucho sobre los poderes económicos que se encuentran detrás de ellas y que muy poco tienen que ver con los ganaderos.

Noviercas está a sólo 15 kilómetros por carretera de otro pequeño pueblo soriano: Ólvega, la localidad natal del empresario Emiliano Revilla, fundador de Chorizos Revilla y ahora concejal del PP en el Ayuntamiento de Ólvega, gobernado por su propio partido. Chorizos Revilla es ahora propiedad de la empresa española Campofrío, que a su vez es propiedad de la multinacional mexicana Sigma Alimentos, que a su vez es propiedad del conglomerado mexicano Alfa, vinculado al multimillonario mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo.

En Ólvega ya no se fabrican chorizos, pero sí se fabrican pizzas de Campofrío, a las que vendría muy bien la leche de la macrogranja que la empresa navarra Valle de Odieta, propietaria de la macrogranja de Caparroso, pretende instalar en Noviercas. Emiliano Revilla ha llegado a pedir públicamente –incluso mediante anuncios en prensa– todo el apoyo posible para el proyecto, que según datos de COAG consumiría de 4 a 6,35 millones de litros de agua al día, generaría 2 millones de litros –200 cisternas– de purines [residuos orgánicos contaminantes] diarios y provocaría el cierre de más de 400 granjas familiares de Castilla y León y varias comunidades autónomas de la Cornisa Cantábrica y la destrucción de más de 700 empleos directos.

Mientras tanto, resuenan las palabras de Alberto Garzón a ‘The Guardian’ –sobre el mucho dinero para invertir en los medios de comunicación y los muchos contactos para influir en las Administraciones Públicas que tienen las empresas que están detrás de las macrogranjas– y resuena también el bulo al que hasta la directora del programa más escuchado de la cadena de radio más escuchada y el presidente del Gobierno de coalición han dado pábulo este mismo lunes a pesar de que saben que es eso: un bulo.

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2 Comentarios

2 Comments

  1. pedro barros

    11 de enero de 2022 09:40 at 09:40

    Estamoa apañados con el pedrete y sus

    Estamos apañados con Pedrete y susPsecuaces,con amigos asi,para que queremos enemigos…..

  2. Virgintz virgintz

    11 de enero de 2022 11:34 at 11:34

    Después del célebre programa de televisión de Jordi Évole sobre una granja de una marca de charcutería de Murcia, que nos mostró horrendas imágenes de los cerdos que habitaban en ella, yo ya no consumo productos de esa empresa. Si Campofrío hace lo mismo y se demuestra que los signos son similares. Dejaré asimismo de consumir sus productos también. Si todos los españoles divulgamos, por nuestro bien, el daño que hacen las MACROGRANJAS de cría intensiva de ganado. Ganaremos muchísimo, sobre todo en salud. Hoy es evidente que es IMPOSIBLE criar 20.000 animales en una granja sin atacar el medio ambiente. Las consecuencias son terribles y si no lo creen dense una vuelta por mi querido Mar Menos y verán lo que han hecho con él agricultores y ganaderos intensivos. Y siempre con la no mirada, y dejar hacer de los políticos nefastos.

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