En días como los que estamos viviendo esconderse no puede ser una opción. Europa se la juega. Habría que recordarle a la vicepresidenta Nadia Calviño que representa a España y a un Gobierno de coalición que quiere liderar una nueva Europa. Decía Martín Hache que la patria son los amigos, y Calviño se toma esto muy en serio. Haga más caso a los que en su gobierno tienen amigos en Vallecas, O Calvario u Hospitalet. Porque no olvidemos que todo esto de Europa que suena tan lejano va sobre la gente también, y no solo del business.
Los de la Europa del business ya ganaron en 2008; el resto perdimos. Perdió el sur, porque los de la cartera llena querían llenarla aun más a costa del bolsillo de todos. En esta crisis del coronavirus Europa se la vuelve a jugar. Por suerte en España hay un Gobierno de Coalición con fuertes contrapesos sobre quien siempre había gobernado. En España el Gobierno de Coalición está haciendo su trabajo: proteger a la gente. En Europa está por ver si Calviño deja de esconderse detrás del ministro italiano de finanzas Roberto Gualtieri.
Alemania y sobre todo Holanda, que tiene el mérito de ser uno de los paraísos fiscales preferidos por las empresas americanas, presionan para que se “ayude” a los países europeos más afectados, pero, eso sí, a cambio de condiciones muy duras para nuestras economías que Italia considera inasumibles, pero que Nadia Calviño está dispuesta a aceptar. Italia se queda sola.
Es el momento de pensar si la Vicepresidenta tercera es la mejor representante de España en esta negociación. Calviño está dispuesta a aceptar, España no. El papel de España en la Unión Europea no puede seguir siendo el de un segundón, es el momento de reivindicar otro papel. España ya lo pagó y no quiere volver a arrodillarse ante los que arruinaron al sur en 2008.
El Gobierno de Coalición, empujado por Unidas Podemos, demuestra que ha aprendido las lecciones en España, e igual que en España han sido tajantes, hay que serlo también en Europa. O Europa es solidaria o no habrá más Europa, y no vale esconderse, dejar que otros hagan, ni ponerse de perfil: hay que posicionarse, hay que dar la cara.
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